Segundo Seminario Aiki-Zen 2009, dictado por su Director, Sensei Hugo Veliz Correa.
Lugar: Dojo Central.
Ubicación: Arcadia Nº1359, San Miguel.
Fecha: Sabado 28 de Marzo del 2009.
Horario: Desde las 16:00 hasta las 19:00 Hrs.
Valor: $ 3.500.-
Fono: 823 28 91
Nota: Las personas que se inscriban con anticipacion recibiran certificado de participación.
Dojo Kannagara No Michi
Bienvenidos al sitio oficial del Dojo Kannagara No Michi perteneciente a la Asociación Nacional de Aikido Aiki-Zen. En este sitio encontrarás información acerca de nuestro Dojo y su Dojo Central, como también, algunas actividades y artículos que sean del interés de practicantes de artes marciales de todos los estilos.
miércoles, 18 de marzo de 2009
lunes, 16 de marzo de 2009
La vida del samurai con su katana
por Agustina Carini
Sekiguchi Takaaki Sensei, de 63 años y encargado de la Muso Jikiden Eishin Ryu Iaijutsu, estudió artes marciales desde adolescente, dedicándose primero al Karate, luego al Kendo y al Kobudo hasta que finalmente conoció el Iaijutsu. El entonces 20mo Soke Onoe Masamitsu sensei, fue su maestro luego de aprobarle el ingreso como alumno en este arte.
En los primeros años de su adolescencia ¿por qué eligió el camino de la espada?
Por empezar, es porque está configurado dentro de mi ADN. Es decir, mi estructura corporal posee los elementos patrimoniales históricos para seguir este arte y poder transmitirlo. Actualmente, todas las culturas a nivel mundial se encuentran en retroceso con esta situación globalizada, y los japoneses no estamos ajenos a esta realidad. Estamos a un paso de perder nuestra propia cultura, historia e idiosincrasia, es decir nuestra máxima identidad, es por ello que antes de que se termine de perder, quiero, a través del Iaido, recuperarla. Los actuales japoneses prefieren despojarse de su idiosincrasia, no valoran su cultura, no se encuentran reflejados en ella, y buscan constantemente cosas nuevas, diferentes. En cambio, yo elegí no tirar mi pasado y enseñanzas ancestrales; quiero respetarla y valorarla. Encontré que como japoneses, aún hoy somos samurai, que a diferencia de nuestros ancestros Samurai tal vez con otras vestimentas y forma de vida, pero la esencia es la misma.
Retomando tu pregunta sobre por qué elegí el mundo de la Katana, debemos remontarnos en la historia pasada a una etapa trágica tras la cual en Japón se prohibió el uso de la katana porque se interpretaba como incitación a provocar guerras internas, violencia. Es así que, la katana desaparece de la vida física. Luego de la 2da Guerra Mundial, Japón pierde y el sable es pisoteado -metafóricamente- por los estadounidenses. El japonés, sin guía, se desorienta y se destruye en lo físico y en lo espiritual. Porque somos samurai poseemos una katana y por eso somos japoneses y como tal debemos recuperar esa alma y nos la debemos atribuir.
También fue un shock cuando veía que las personas usaban el sable desalineada de la verdadera función, portándola como un premio o como palito de juego. La katana no es una herramienta de jardinería. Fue un shock que la concepción se haya errado tanto de la verdadera. Ya las características propias del arma, más el uso que le demos en lo físico como en lo espiritual, y la manera en que lo manipulemos; nos trae como resultado que nos guíe en nuestro camino, que sea una herramienta de protección.
¿De quien obtuvo estos conocimientos?
He finalizado mis estudios secundarios en la escuela privada Kinjo en la ciudad de Kanda en Tokio. No poseo títulos especiales o de especialización… mi único conocimiento es haber confiado en seguir un solo sendero hasta el final que me permitió conocer diferentes personalidades, tanto de este arte como de otros y traté de obrar sin olvidar y agradecer a quienes tuve la suerte de conocer y de recibir consejo. Seguir un camino es conocer muchos caminos, este es el espíritu del sendero único. Si seguimos un solo camino nos dará conocimientos en muchos otros caminos y nos dará la claridad que necesitamos para nuestro accionar.
Mi trabajo, previo al mundo del arte marcial, fue como empleado en un departamento comercial en Japón. La empresa poseía una sección de actividades externas dedicada a la difusión de diferentes actividades con la intención de atraer a una gran cantidad de público. A través de estas actividades de difusión se acercaron personalidades, máximos exponentes de cada estilo y/o área, pudiendo así tener intercambios fluidos. Pero por sobre todas las cosas, me permitió construir una cadena humana, que me fue armando de conocimientos.
En la actualidad ¿en qué ocupa su tiempo?
Por supuesto mi mundo es el del Budo. Además, si estuviese trabajando seria jubilado (risas).
Antes trabajaba para poder sostener mi vida, pagar las cuotas, para pagar los gastos y seguir viviendo pero no era lo que me satisfacía a nivel personal. No es que no me haya servido para incorporarlo en este camino pero siempre estaba pensando en que día podía dejar de trabajar y poder seguir el Budo. Entonces me puse el objetivo de que para mis 40 (años), pase lo que pase, dejaría ese mundo comercial… y a los 39 renuncié, no solo a esa empresa sino a ese mundo también. En ese momento, Ishihara Shintaro fue mi consejero y sostén principal, siempre fue mi soporte en la sombra para que nunca me caiga y nunca me vaya del margen y ha tenido buen resultado. También otras personas me han ayudado a seguir adelante con esta decisión.
En Japón ¿entrena a algún discípulo o posible sucesor?
Actualmente me encuentro entrenando centralmente en Fujii sensei (profesora) y Noguchi Tomiko sensei (profesora). No tengo en vista, por lo menos hoy, a ningún posible heredero. Sin embargo, mi deseo es entrenar a los alumnos para que se vayan perfeccionándose tanto en lo técnico como en lo espiritual y puedan elevar su budo al máximo.
¿Ha escrito libros?
Sí. Pero no los edité porque mi maestro siempre dijo que eso es algo que se hace a lo último de la vida, más cerca de la puerta de la muerte. Por otro lado, sí tengo un libro editado referido a la tesis de la vida humana, a los conocimientos de los seres humanos, al espíritu y a la religión (emparejada con el Budo) en sentido analítico. También videos.
¿Por qué acepté en su momento que se editara? tenía el objetivo de conseguir dinero, no para mí, sino para quienes eran mis aprendices, no quería seguir molestándolos, sino poder darles el dinero para que pudieran seguir su camino. También para poder formarlos sin la preocupación económica, asegurando un lugar donde impartir los okeiko (clases). Ese fue mi único objetivo constante, sin embargo, de todo eso, ninguna de las compañías tuvo la intención de recompensarnos el derecho de autoría. Por supuesto que en esta situación, las leyes contemplan a mi favor, correspondiéndonos un porcentaje de todas las ventas. Podría iniciar una demanda judicial, pero no lo hago porque soy un Samurai. Elegí este camino porque intento ser un verdadero Samurai, y a ellos no les gusta tener que pelear por cuestiones monetarias tan desagradables.
¿Cómo debería ser un verdadero samurai?
Shiseitsuushin (proverbio japonés). Este proverbio dice que si nosotros obramos desde el fondo de nuestros corazones con total sinceridad y veracidad, seguramente estas acciones serán reconocidas por el señor. Para el samurai este obrar profundo tiene que ver con tener la mente en blanco, despojarse de la ambición material y obrar desinteresadamente. Considero que como verdadero samurai se persigue el beneficio de terceros y en este caso, a través de las editoriales o compañías de filmación, yo pienso en quienes compran el material para poder estudiar y conocer de qué se trata este estilo. Entonces pensándolo de este lado, le agradezco a la editorial porque llega a personas que tienen interés en conocer este arte. Muchos pensarán que como Soke poseo grandes tesoros: dinero, materiales, dojos; pero lo cierto es que no. No tengo ni una casa donde vivir, ni un dojo donde brindar las clases, no tengo nada, ni siquiera ingresos económicos, estoy totalmente alejado de ese mundo material. El que considera que ser Soke es recibir mucho dinero, está equivocado. El samurai busca siempre poder ser de utilidad a otros, olvida su situación y no procura su bienestar propio, no posee deseos para su propio fin. Si lo decimos en proverbio, sería Boumirita.
¿Por qué su maestro, Onoe Masamitsu, lo eligió para ser el Soke sucesor?
En ningún momento considero que me eligieron a mí porque soy el mejor de todos, yo no soy ni mejor ni peor que nadie, soy muy débil y lo único que hago es hacer destrezas como todos ustedes. Acepté ser heredero del estilo porque mi maestro también lo fue y me dijo que seguramente yo iba a poder proteger el arte por el camino correcto. En mí, significó tener que dejar mi trabajo y eso también significo renunciar y no tener más ingresos económicos. No tengo presiones laborales pero nadie se me acerca. Empiezo a tener tareas más difíciles como organizarme con los alumnos y todo eso es propio, sale del bolsillo de uno.
Volviendo a tu pregunta de cómo es que incorporé tantos conocimientos, también tuvo que ver con el contacto directo con mi Soke, haciendo sus prácticas he podido incorporar su conocimiento pero también ha sido a partir de personas desinteresadas que me veían en la práctica y se acercaban, personas que hasta ese momento creía que jamás tendrían alguna influencia en mi vida, me felicitaban y me regalaban libros, así me transmitían más conocimientos.
Retomando un poco el proverbio anterior, el Shiseitsuushin: si obramos con total intención sincera y real, esto se transmite.
¿De quién aprendió algo y se sorprendió?
Te lo puedo explicar de este modo, esta etapa es transitoria y este mundo no nos pertenece, debemos cuidar todo esto para que quien nazca mañana tenga las mejores condiciones; si pensamos en nuestros ancestros, han tomado prestado este mundo y lo han cuidado para que nosotros podamos recibirlo en las mejores condiciones y transitemos una etapa digna. No debemos olvidar que nosotros estamos tomando prestado algo que le pertenece a nuestros hijos, debemos transmitirles correctamente los conocimientos que el ser humano posee hasta el día de hoy (cultural, histórico, social, etc.) y entregarles el mundo en las mejores condiciones para que ellos puedan hacer lo mismo.
Nuestra responsabilidad actual es pensar en nuestros hijos, en nuestros nietos. Si nosotros consumimos ahora, ¿qué nos queda para ellos?
¿Cómo cambió su visión desde la última vez que vino a la Argentina?
Mi primera visita a la Argentina ha sido a raíz de una actividad bilateral para reforzar los lazos entre ambos países, allá por el año 2003. Dentro de ese marco, con la intención de presentar a la sociedad local una parte de la cultura japonesa, fui invitado para hacer una presentación de uno de los artes antiguos como es el shinkei iaijutsu. En esa oportunidad, he podido conocer a muchas personas; y con quienes he mantenido el contacto hasta la actualidad, me parecen personas excelentísimas y este concepto no ha diferido de aquella primera visita. Es por eso que hoy estoy acá.
La impresión que tuve en el 2003 no ha cambiado. Sí puedo sentir cambios en cuanto a lo que tenga que ver con la estructura edilicia, la vestimenta de las personas o el movimiento interno de los autos. Tanto los argentinos como los japoneses estamos atravesando por una situación de ambición personal en la que sólo cabe la individualidad, la riqueza personal, lo material y el ahora. Pienso que si dejamos de desear y perseguir ambiciones personales, desaparecerían las miserias y las luchas. También comenzaríamos a sentir esa satisfacción personal que hoy no nos permite experimentar.
Económicamente hablando, entiendo que los argentinos tienen que trabajar cuatro veces más su moneda, sin embargo, veo que aquí hay una crisis general estable. En Japón, la situación está mucho peor ya que si Estados Unidos entra en crisis, inevitablemente mi país se ve afectado. Para poder salir de esto, intentamos una estrategia financiera de elevar el yen, se logró estabilizar algo pero está en una situación compleja. Por más que enfrentemos situaciones de crisis, no son eternas. Si cada uno mantuviera alta la moral y obrara en pos de ella, seguramente los países podrían lograr la protección y recuperación.
Por último, en la actualidad ¿qué representaría el uso de la katana en esta sociedad?
Podemos decir que la katana es como un espejo, refleja el verdadero espíritu de quien la porta. La respuesta es muy sencilla, cómo usar y portar la Katana. Nosotros hacemos la paz portando el arma porque lo importante no es hacer el desenvaine, sino el guardar el sable con rapidez. Cuando logro hacer eso es porque puedo mantener la paz.
La katana no busca partir en dos una pieza sino unificar; busca ganar sin tener que desenvainar (nukitsuke), no cortar ni ser cortado.
En un lago, lo que tengo que lograr es que el agua esté quieta, porque así la luna se puede reflejar, pero si hay movimiento se desvirtúa la imagen, metafóricamente hablando eso sería la lucha. Lo primero es saber guardarlo, después poder sacarlo rápido para dar un final más rápido aun. Portar ese sentimiento es lo que nos ayuda a ir por el camino del Iai y convivir armoniosamente. Yo siempre hago énfasis en que mi objetivo en la vida, a través del Iaido, es trasmitir correctamente todo lo que tenga que ver con la idiosincrasia japonesa, el arte del IAI, el espíritu Samurai y el tesoro que significa la Katana. Representa en primer lugar un arma con filo (cortante), en segundo lugar refleja características estéticas bellas y en tercer lugar no ser manipulado como cuchillo de cocina. Es importante el alma del portador del arma.
Finalmente, sensei Sekiguchi Takaaki adelantó a Red Marcial que, debido a que en el 2009 se cumplen 30 años de vida de la Asociación Nihon Kobudo Kiokai, en Japón harán una ceremonia el próximo 7 de febrero y al siguiente día, 8 de febrero, se abrirá la 30° edición del Campeonato del arte antiguo Iaido del cual participará junto con su institución.
Dentro de la Kokubudo además de ser socios integra la comisión directiva para poder difundir. Por ello, los días 29 y 30 de noviembre del 2008 se llevó a cabo un Campeonato Nacional en un templo de Miashima –isla patrimonio cultural- en la prefectura de Hiroshima. "Nuestro estilo ha participado en ese encuentro y ahí nos han reconocido la constancia de la participación, 15 años consecutivos" remató Sekiguchi sensei con expresión de alegría.
Biografía
Sekiguchi Takaaki, actual Soke de la Muso Jikiden Eishin Ryu Iai-Jutsu, nació el 20 de marzo de 1946 en Hanyu City, ubicada en el norte de la Prefectura de Saitama en Japón. Desde una corta edad estuvo en contacto con el mundo de las artes marciales, impulsado por la búsqueda de la esencia samurai. Aprendió el arte del sable verdadera (shinken Iaijutsu, técnica antigua) así como también el kendo en el Meibukan dojo, (Tokio) que dirigía el soke Masamitsu Onoe, vigésimo maestro del Muso Jikiden Eishin Ryu Iai-Jutsu.
A lo largo de su carrera marcial, el actual Soke se destacó por mantener una impecable calidad artística y un compromiso clave en tanto a la práctica. Luego de obtener su 10mo grado en el arte del sable, reconocimiento otorgado por el gobernador de la prefectura de Nara.
A los 34 años fue elegido como sucesor del Muso Jikiden Eishin Ryu Iaijutsu; a partir de este suceso le añadió a su nombre la palabra Komeijuku y hoy se conoce a este arte con el nombre de Muso Jikiden Eishin Ryu Iaijutsu Komeijuku. Este anexo incorporado tiene su origen en dos homenajes: por un lado la sílaba ¨Mei¨ que hace referencia al dojo Meibukan, mientras que la sílaba ¨Ko¨, que también se lee ¨Taka¨, la incorpora haciendo referencia al entrenamiento constante e invariable a partir del esfuerzo cotidiano para con el Iaijutsu. La unión de estos dos deseos forma la palabra ¨Komei¨.
Finalmente la palabra ¨juku¨ refiere a la formación constante de las personas, tanto en su espíritu como en su técnica y conocimientos con el propósito de formar máximos exponentes. Esta incorporación fue realizada siempre con la aprobación y autorización de quien fuera su maestro y el vigésimo Soke del Muso Jikiden Eishin Ryu Iaijutsu Onoe Masamitsu Sensei. Se dice que el Komeijuku busca a través del iaijutsu, que todas las personas del mundo podamos ser uno, que comprendamos y aceptemos mutuamente que somos todos parte de una misma familia.
De este modo respeto y sentimiento de amistad por medio, podamos seguir trabajando en las generaciones futuras cuidando cada uno su cultura, sus costumbres y podamos ir realizando acciones que sirven de guía. Trato constantemente de actuar siempre con el sentimiento del Boumirita y Bushido seishin (sentimiento del bushido, guerrero) entregando en cada oportunidad un iaijutsu inmaterial.
En la actualidad, y desde hace ya 18 años, sensei dedica todo su tiempo a viajar alrededor del mundo para dictar seminarios y difundir la esencia de la Muso Jikiden Eishin Ryu Iai-Jutsu Komei Juku. Ha visitado más de 50 países y es considerado uno de los grandes maestros vivos del arte tradicional del sable.
Traducción: Rina Onitsuka
Fuente:Redmarcial
viernes, 13 de marzo de 2009
El miedo
"En las artes del combate no se debe mirar hacia atrás una vez que se decidió avanzar. Se debe tratar con insensibilidad tanto la vida como la muerte"
Por Lic. Jorge Gionco
Una de las principales enfermedades del guerrero, es sin dudas, el miedo. ¿Pero que es y en que consiste? Será mejor profundizar en él, y lograr conocerlo en todo su esplendor, hasta concluir que es uno de los agentes movilizadotes de energía mas con los que se encuentra el cuerpo humano.
El miedo es una angustia causada por una idea de peligro real o imaginario.
Es una pasión del ánimo que se mueve a rehusar las cosas dañosas o arriesgadas o a huir de ellas, es estar en estado de recelo de o por un daño próximo.
Este es un sentimiento inherente a todo humano normal. Es la facultad que posee, para poder sobrevivir y conservar su especie; de otro modo si el hombre no sintiera temor su genero ya estaría extinto, a saber, saltaría de un edificio, lucharía con leones, nadaría hasta agotarse, se enfrentaría solo a todo un ejército, se pararía frente a un tren, cruzaría la avenida sin mirar, y muchos otros ejemplos de atentados contra su instinto de supervivencia y conservación individual. Debemos entonces agradecer al miedo, los grandes favores en los cuales es protagonista. Sin el no existiríamos.El temor dentro del guerrero próximo a desarrollar un combate, entonces, es algo normal y sano, puesto que está observando el alcance de la significación de una cosa, en este caso la posibilidad de resultar herido o en el peor de los casos muy dañado.Aún invadido por este sentimiento pre competitivo o pre combativo de no saber a que o a quienes se enfrenta (temor a lo desconocido), resulta indispensable e imperativo un re direccionamiento de toda esa energía que lo irrumpe, lo inmoviliza y lo paraliza.
Para lograr este objetivo es menester poseer una actitud de autoconfianza y autoestima superlativa; este se logra con mucho entrenamiento en lo mental, físico y espiritual. En lo mental, conocer que todos sus límites y sentimientos negativos son solo producto de su instinto de conservación. En lo físico, tener el mejor estado, técnico y muscular, con sus cualidades desarrolladas al máximo.
En lo espiritual, convertirse en una estaca de madera; sin ego ni pensamiento, no hay codicia. El cuerpo y todo su conjunto se desenvuelve de acuerdo a la disciplina. La conciencia debe desaparecer, puesto que es el mayor obstáculo para una realización técnica correcta de toda acción corporal.
En las artes del combate no se debe mirar hacia atrás una vez que se decidió avanzar. Se debe tratar con insensibilidad tanto la vida como la muerte.
Conviene recordar: "Toma el miedo por su espada y lánzalo a tu rival, despójate de todo el infecto que tu ser ha aglomerado y muéstralo como es en realidad. No temas, enséñale a tu vida con tus manos y corazón vacío. Entonces tendrás la cualidad del alma, que impulsa a conocer grandes empresas y a enfrentar sin temor los peligros, manteniendo el equilibrio y la estabilidad de los actos llamados valentía. El cobarde muere mil veces antes de morir"
Gentileza: Lic. Jorge Gionco , director AAKBOX. Artículo escrito en 1992.
Fuente: RedMarcial
Por Lic. Jorge Gionco
Una de las principales enfermedades del guerrero, es sin dudas, el miedo. ¿Pero que es y en que consiste? Será mejor profundizar en él, y lograr conocerlo en todo su esplendor, hasta concluir que es uno de los agentes movilizadotes de energía mas con los que se encuentra el cuerpo humano.
El miedo es una angustia causada por una idea de peligro real o imaginario.
Es una pasión del ánimo que se mueve a rehusar las cosas dañosas o arriesgadas o a huir de ellas, es estar en estado de recelo de o por un daño próximo.
Este es un sentimiento inherente a todo humano normal. Es la facultad que posee, para poder sobrevivir y conservar su especie; de otro modo si el hombre no sintiera temor su genero ya estaría extinto, a saber, saltaría de un edificio, lucharía con leones, nadaría hasta agotarse, se enfrentaría solo a todo un ejército, se pararía frente a un tren, cruzaría la avenida sin mirar, y muchos otros ejemplos de atentados contra su instinto de supervivencia y conservación individual. Debemos entonces agradecer al miedo, los grandes favores en los cuales es protagonista. Sin el no existiríamos.El temor dentro del guerrero próximo a desarrollar un combate, entonces, es algo normal y sano, puesto que está observando el alcance de la significación de una cosa, en este caso la posibilidad de resultar herido o en el peor de los casos muy dañado.Aún invadido por este sentimiento pre competitivo o pre combativo de no saber a que o a quienes se enfrenta (temor a lo desconocido), resulta indispensable e imperativo un re direccionamiento de toda esa energía que lo irrumpe, lo inmoviliza y lo paraliza.
Para lograr este objetivo es menester poseer una actitud de autoconfianza y autoestima superlativa; este se logra con mucho entrenamiento en lo mental, físico y espiritual. En lo mental, conocer que todos sus límites y sentimientos negativos son solo producto de su instinto de conservación. En lo físico, tener el mejor estado, técnico y muscular, con sus cualidades desarrolladas al máximo.
En lo espiritual, convertirse en una estaca de madera; sin ego ni pensamiento, no hay codicia. El cuerpo y todo su conjunto se desenvuelve de acuerdo a la disciplina. La conciencia debe desaparecer, puesto que es el mayor obstáculo para una realización técnica correcta de toda acción corporal.
En las artes del combate no se debe mirar hacia atrás una vez que se decidió avanzar. Se debe tratar con insensibilidad tanto la vida como la muerte.
Conviene recordar: "Toma el miedo por su espada y lánzalo a tu rival, despójate de todo el infecto que tu ser ha aglomerado y muéstralo como es en realidad. No temas, enséñale a tu vida con tus manos y corazón vacío. Entonces tendrás la cualidad del alma, que impulsa a conocer grandes empresas y a enfrentar sin temor los peligros, manteniendo el equilibrio y la estabilidad de los actos llamados valentía. El cobarde muere mil veces antes de morir"
Gentileza: Lic. Jorge Gionco , director AAKBOX. Artículo escrito en 1992.
Fuente: RedMarcial
miércoles, 11 de marzo de 2009
lunes, 9 de marzo de 2009
¿Es O'Sensei realmente el padre del aikido moderno?
por Stanley Pranin
Traducido por Claire Graham / Aikido-France.net
Cuando me establecí de forma definitiva en Japón en Agosto de 1977, tomé la decisión personal de estudiar en Iwama bajo la dirección de Morihiro Saito Sensei. En el fondo, lo que me atrajo hacia Iwama fue el énfasis en la firmeza y la precisión de la técnica, y la inclusión del aikiken y del aikijo en el curriculum de entrenamiento. Estoy seguro de que la proximidad del templo Aiki, y el hecho de que el entrenamiento en Iwama se desarrollaba en el dojo personal de O-Sensei, fueron también factores contribuyentes.
Al mismo tiempo, me apresuro a decir que no consideraba que la técnica de Saito Sensei fuera una continuación fiel del aikido del fundador, sino que le consideraba más bien como un maestro de la técnica a título propio. Ahora, retrospectivamente, veo que incluía a Saito Sensei en la misma categoría que los maestros bien conocidos como Koichi Tohei, Shoji Nishio, Seigo Yamaguchi y otros, todos ellos expertos y habiendo desarrollado estilos de enseñanza originales que, aunque inicialmente inspirados en Morihei Ueshiba, habían evolucionado en direcciones bastante diferentes.
Recuerdo claramente que aunque mi habilidad con el idioma japonés fuera bastante limitada en esa época, conseguí transmitir mis pensamientos a Saito Sensei sobre este tema y mis dudas respecto a que su aikido fuera el mismo que el del fundador tal y como aseguraba. Mi percepción se basaba en el hecho de que la técnica de Saito Sensei parecía bastante diferente del aikido del fundador que había visto en películas. Bastante divertido por mi escepticismo y seguramente por mi descaro, ya que yo era estudiante suyo, él me explicó con mucha paciencia que el motivo de mi confusión era que la mayoría de lo que se había conservado en las películas del fundador eran demostraciones. Me explicó que durante demostraciones públicas las técnicas del fundador eran muy diferentes de las que enseñaba en el dojo en Iwama. Saito Sensei siguió insistiendo en que su responsabilidad era la de transmitir de forma fiel el aikido del fundador y que su intención no era la de desarrollar un “Saito-ryu aikido”.
A pesar de sus esfuerzos, yo seguía teniendo fuertes dudas sobre el asunto aunque nunca cuestioné mi admiración por su destreza técnica. Entonces un día, dos años después de mi llegada, estaba realizando una entrevista a Zenzaburo Akawaza, un uchideshi (alumno interno) de Morihei Ueshiba anterior a la guerra, de la época del Kobukan Dojo. El Señor Akazawa me enseñó un manual técnico publicado en 1938 y titulado “Budo” que nunca había visto antes. Contenía unas cincuenta técnicas demostradas por el fundador en persona. Mientras iba pasando las páginas del manual, me quedé asombrado de ver que la ejecución de varias técnicas como ikkyo, iriminage y shihonage eran prácticamente idénticas a las que había aprendido en Iwama bajo la dirección de Saito Sensei. El Sr. Akazawa me prestó amablemente el libro y me apresuré a enseñárselo a Saito Sensei.
Siempre recordaré la escena de cuando llamé a la puerta de Sensei para compartir con él mi nuevo descubrimiento. Para mi sorpresa, él nunca había visto u oído hablar de este libro. Puso sus gafas para leer y hojeó el manual, escudriñando atentamente las secuencias técnicas. Me vi obligado en ese momento a pedirle disculpas por haber dudado de su afirmación que hacía todo lo posible por preservar las técnicas del fundador. Saito Sensei se rió y se exclamó, obviamente con gran deleite, “Ves, te lo había dicho!”. A partir de ese momento (aproximadamente 1979) hasta hoy, Saito Sensei siempre viaja a sus cursos de aikido con una copia de “Budo” para utilizar como prueba y demostrar que una técnica particular originó en las enseñanzas del fundador.
Es obvio que también me vi obligado a admitir que existía al menos un profesor que divulgaba el aikido de una forma fiel a las enseñanzas originales del fundador. ¿Pero rebatía esto mi teoría general de que los estilos de aikido practicados ampliamente hoy en día tienen poco que ver técnicamente y filosóficamente con el arte del fundador? Considere lo siguiente. Si acude a los dojos de cualquiera de los principales maestros, se percatará de que los movimientos de sus alumnos se parecen mucho a los de su profesor. Admitámoslo, serían estudiantes malos si no hicieran todos los esfuerzos posibles por emular los movimientos de sus maestros. A menudo es posible discernir a los alumnos de un maestro en particular en el contexto de una demostración multitudinaria en la cual los participantes proceden de muchos dojos diferentes. ¿Por qué existe tanta diferencia entre los estilos principales de aikido si todos los shihan estudiaron bajo la dirección directa del fundador?
Algunos han dicho que el arte del fundador cambió mucho a lo largo de los años y que eso explica las diferencias en las técnicas de sus alumnos que estudiaron en diferentes épocas. Otros afirman que O-Sensei enseñaba cosas diferentes a estudiantes diferentes de acuerdo con sus caracteres y habilidades. Nunca me ha convencido ninguno de estos dos argumentos. En realidad, cuando descubrí hace muchos años la película antigua de Asahi News de 1935, me sorprendió lo “moderno” que era el arte del fundador en esta etapa precoz. Además, el fundador solía enseñar a alumnos en grupo, no de forma individual, y eso por lo tanto no apoya la teoría de que adaptaba su instrucción a las necesidades de alumnos individuales.
No, yo creo que existe una explicación para esta divergencia considerable de estilos. Creo que se debe principalmente al hecho de que muy pocos de los estudiantes de O-Sensei entrenaron bajo su dirección durante un periodo de tiempo prolongado. Con la excepción de Yoichiro (Hoken) Inoue, un sobrino de Ueshiba, Gozo Shioda, el fundador del Yoshinkan Aikido, y Tsutomy Yukawa, los uchideshi de O-Sensei de antes de la guerra estudiaron un máximo de quizás 5 a 6 años. Esto era ciertamente suficiente para llegar a ser competentes en el arte, pero no bastante para dominar el amplio repertorio técnico del aiki-budo con sus numerosas sutilezas. La mayoría de esos jóvenes vigorosos que se enrolaron como uchideshi se vieron obligados a hacer su servicio militar. Además, sólo un puñado de esos primeros deshi reanudaron su práctica después de la guerra.
Lo mismo puede decirse del periodo posterior a la guerra. Los iniciados de ese periodo incluyen a personajes tan conocidos como Sadateru Arikawa, Hiroshi Tada, Seigo Yamaguchi, Shoji Nishio, Nobuyoshi Tamura, Yasuo Kobayashi y posteriormente Yoshimitsu Yamada, Mitsunari Kanai, Kazuo Chiba, Seiichi Sugano, Mitsugi Saotome y varios más. Shigenobu Okumura, Koichi Tohei y Kisaburo Osawa forman un grupo bastante único en que practicaron solamente de forma breve antes de la guerra pero consiguieron un grado de maestro después de la Segunda Guerra Mundial. Ninguno de esos maestros permaneció por periodos largos estudiando directamente bajo la supervisión de O-Sensei. Esto puede parecer una afirmación escandalosa pero inspeccionemos los hechos históricos.
Antes de la guerra, Morihei Ueshiba utilizó como base el Dojo Kobukan en Tokyo pero estuvo también muy activo en el área de Kansai. En realidad, en una época llegó a tener una casa en Osaka. A lo largo del tiempo ha llegado a ser evidente para mí, al escuchar los testimonios de los veteranos, que el fundador se movía mucho y pasaba quizás de una a dos semanas cada mes fuera del Dojo de Kobukan. También, recuerde que los primeros uchideshi fueron reclutados como profesores debido a la popularidad creciente del arte y a las múltiples actividades de la Budo Senyokai promovida por el Omoto (Sociedad para la Promoción de las Artes Marciales) y dirigida por Ueshiba. Estos pioneros estudiaron durante periodos relativamente cortos, estuvieron en contacto con el fundador únicamente de forma limitada debido a sus frecuentes ausencias del dojo y ellos mismos se marchaban a menudo del dojo central para ejercer su magisterio.
Durante la guerra y en los años siguientes, O-Sensei se quedó en Iwama. Finalmente, a partir de principios de los años 50 reanudó sus viajes con visitas ocasionales a Tokyo y a la región de Kansai. Al final de los años 50 la frecuencia de sus viajes aumentó y parece que nadie sabía nunca dónde estaría en un momento dado. Dividía su tiempo entre Iwama, Tokyo y sus lugares favoritos en Kansai incluido Osaka, Kameoka, Ayabe, su Tanabe natal y Shingu. Llegó a visitar Kanshu Sunadomari en el lejano Kyushu. Recuerdo escuchar a Michi Hikitsuchi Sensei afirmar que O-Sensei visitó Shingu más de sesenta veces tras la guerra. Si consideramos que esto se refiere a un periodo de unos doce a quince años, vemos que el fundador permanecía en Kansai una media de cuatro a seis veces al año.
El lector astuto se dará cuenta seguramente de a donde quiero llegar. O-Sensei no enseñó en Tokyo de forma habitual después de la guerra. Y cuando aparecía en el tatami, a menudo pasaba gran parte de la hora hablando de temas esotéricos totalmente fuera de la comprensión de los estudiantes presentes. Los maestros principales en el Hombu Dojo en los años posteriores a la guerra eran Koichi Tohei Sensei y el actual Doshu Kisshomaru Ueshiba. Les ayudaban Okumura, Osawa, Arikawa, Tada, Tamura y la generación siguiente de uchideshi mencionada anteriormente.
Quiero dejar muy clara mi opinión. Lo que quiero decir es que Morihei Ueshiba NO era la figura principal que enseñaba de forma diaria en el Hombu Dojo. O-Sensei aparecía por allí a intervalos imprevisibles y a menudo sus enseñanzas se centraban en temas filosóficos. Tohei y Kisshomaru son los que más responsables son del contenido técnico y del desarrollo del aikido dentro del sistema Aikikai Hombu. Al igual que antes de la guerra, los uchideshi de los años posteriores enseñarían fuera del Hombu Dojo en clubes y universidades sólo tras un periodo relativamente corto de aprendizaje. También, este periodo se caracterizó por una “inflación de danes”, promoviendo a muchos de los jóvenes maestros a un ritmo de un dan al año. En algunos casos, también se “saltaron” rangos. ¡Pero ése es un tema para otro artículo!
¿Qué significa todo esto? Significa que la opinión general de que la propagación del aikido, ocurrida bajo la tutela directa del fundador, tras la guerra, es fundamentalmente errónea. Tohei y el Doshu actual se merecen la mayor parte del mérito y no el fundador. Además significa que O-Sensei Morihei Ueshiba no estuvo seriamente implicado en la instrucción o la administración del aikido en los años posteriores a la guerra. Ya llevaba mucho tiempo jubilado y muy centrado en su entrenamiento personal, desarrollo espiritual, viajes y actividades sociales. También debería notarse que a pesar de su imagen estereotipada de hombre viejo dulce y bueno, O-Sensei también poseía unos ojos penetrantes y un temperamento heroico. Su presencia no siempre era deseada en el Hombu Dojo debido a sus comentarios críticos y sus arrebatos frecuentes.
Esta es la verdad sobre el tema, tal y como han dado fe numerosos testigos de primera mano. En el pasado, he insinuado algunas de estas cosas, pero sólo me he sentido bastante seguro recientemente para expresar mi opinión como resultado de la evidencia de peso recogida de numerosas fuentes cercanas al fundador. No puedo afirmar que estos comentarios ayudarán necesariamente a los practicantes en su entrenamiento o los acercará a sus objetivos, pero espero sinceramente que, al esclarecer la verdad sobre un tema importante, las personas dedicadas al aikido tendrán un conocimiento profundo en el que basar sus opiniones. También espero que la figura clave de Koichi Tohei, que en los últimos años ha estado relegada a un papel periférico o totalmente ignorado, recibirá el mérito que se le debe.
O'sensei y y M. Saito
Morihiro Saito
Alumnos de O'sensei con 5 o 6 años de Parctica antes de la guerra:
Gozo Shioda
Tsutomy Yukawa
practicaron solamente de forma breve antes de la guerra pero consiguieron un grado de maestro después de la Segunda Guerra Mundial
Shigenobu Okumura
Koichi Tohei
Kisaburo Osawa
Posterior a la Guerra, Los iniciados de ese periodo incluyen a personajes tan conocidos como:
Sadateru Arikawa
Hiroshi Tada
Seigo Yamaguchi
Shoji Nishio
Nobuyoshi Tamura
Yasuo Kobayashi
y posteriormente ...
Yoshimitsu Yamada
Mitsunari Kanai
Kazuo Chiba
Seiichi Sugano
Mitsugi Saotome
Traducido por Claire Graham / Aikido-France.net
Cuando me establecí de forma definitiva en Japón en Agosto de 1977, tomé la decisión personal de estudiar en Iwama bajo la dirección de Morihiro Saito Sensei. En el fondo, lo que me atrajo hacia Iwama fue el énfasis en la firmeza y la precisión de la técnica, y la inclusión del aikiken y del aikijo en el curriculum de entrenamiento. Estoy seguro de que la proximidad del templo Aiki, y el hecho de que el entrenamiento en Iwama se desarrollaba en el dojo personal de O-Sensei, fueron también factores contribuyentes.
Al mismo tiempo, me apresuro a decir que no consideraba que la técnica de Saito Sensei fuera una continuación fiel del aikido del fundador, sino que le consideraba más bien como un maestro de la técnica a título propio. Ahora, retrospectivamente, veo que incluía a Saito Sensei en la misma categoría que los maestros bien conocidos como Koichi Tohei, Shoji Nishio, Seigo Yamaguchi y otros, todos ellos expertos y habiendo desarrollado estilos de enseñanza originales que, aunque inicialmente inspirados en Morihei Ueshiba, habían evolucionado en direcciones bastante diferentes.
Recuerdo claramente que aunque mi habilidad con el idioma japonés fuera bastante limitada en esa época, conseguí transmitir mis pensamientos a Saito Sensei sobre este tema y mis dudas respecto a que su aikido fuera el mismo que el del fundador tal y como aseguraba. Mi percepción se basaba en el hecho de que la técnica de Saito Sensei parecía bastante diferente del aikido del fundador que había visto en películas. Bastante divertido por mi escepticismo y seguramente por mi descaro, ya que yo era estudiante suyo, él me explicó con mucha paciencia que el motivo de mi confusión era que la mayoría de lo que se había conservado en las películas del fundador eran demostraciones. Me explicó que durante demostraciones públicas las técnicas del fundador eran muy diferentes de las que enseñaba en el dojo en Iwama. Saito Sensei siguió insistiendo en que su responsabilidad era la de transmitir de forma fiel el aikido del fundador y que su intención no era la de desarrollar un “Saito-ryu aikido”.
A pesar de sus esfuerzos, yo seguía teniendo fuertes dudas sobre el asunto aunque nunca cuestioné mi admiración por su destreza técnica. Entonces un día, dos años después de mi llegada, estaba realizando una entrevista a Zenzaburo Akawaza, un uchideshi (alumno interno) de Morihei Ueshiba anterior a la guerra, de la época del Kobukan Dojo. El Señor Akazawa me enseñó un manual técnico publicado en 1938 y titulado “Budo” que nunca había visto antes. Contenía unas cincuenta técnicas demostradas por el fundador en persona. Mientras iba pasando las páginas del manual, me quedé asombrado de ver que la ejecución de varias técnicas como ikkyo, iriminage y shihonage eran prácticamente idénticas a las que había aprendido en Iwama bajo la dirección de Saito Sensei. El Sr. Akazawa me prestó amablemente el libro y me apresuré a enseñárselo a Saito Sensei.
Siempre recordaré la escena de cuando llamé a la puerta de Sensei para compartir con él mi nuevo descubrimiento. Para mi sorpresa, él nunca había visto u oído hablar de este libro. Puso sus gafas para leer y hojeó el manual, escudriñando atentamente las secuencias técnicas. Me vi obligado en ese momento a pedirle disculpas por haber dudado de su afirmación que hacía todo lo posible por preservar las técnicas del fundador. Saito Sensei se rió y se exclamó, obviamente con gran deleite, “Ves, te lo había dicho!”. A partir de ese momento (aproximadamente 1979) hasta hoy, Saito Sensei siempre viaja a sus cursos de aikido con una copia de “Budo” para utilizar como prueba y demostrar que una técnica particular originó en las enseñanzas del fundador.
Es obvio que también me vi obligado a admitir que existía al menos un profesor que divulgaba el aikido de una forma fiel a las enseñanzas originales del fundador. ¿Pero rebatía esto mi teoría general de que los estilos de aikido practicados ampliamente hoy en día tienen poco que ver técnicamente y filosóficamente con el arte del fundador? Considere lo siguiente. Si acude a los dojos de cualquiera de los principales maestros, se percatará de que los movimientos de sus alumnos se parecen mucho a los de su profesor. Admitámoslo, serían estudiantes malos si no hicieran todos los esfuerzos posibles por emular los movimientos de sus maestros. A menudo es posible discernir a los alumnos de un maestro en particular en el contexto de una demostración multitudinaria en la cual los participantes proceden de muchos dojos diferentes. ¿Por qué existe tanta diferencia entre los estilos principales de aikido si todos los shihan estudiaron bajo la dirección directa del fundador?
Algunos han dicho que el arte del fundador cambió mucho a lo largo de los años y que eso explica las diferencias en las técnicas de sus alumnos que estudiaron en diferentes épocas. Otros afirman que O-Sensei enseñaba cosas diferentes a estudiantes diferentes de acuerdo con sus caracteres y habilidades. Nunca me ha convencido ninguno de estos dos argumentos. En realidad, cuando descubrí hace muchos años la película antigua de Asahi News de 1935, me sorprendió lo “moderno” que era el arte del fundador en esta etapa precoz. Además, el fundador solía enseñar a alumnos en grupo, no de forma individual, y eso por lo tanto no apoya la teoría de que adaptaba su instrucción a las necesidades de alumnos individuales.
No, yo creo que existe una explicación para esta divergencia considerable de estilos. Creo que se debe principalmente al hecho de que muy pocos de los estudiantes de O-Sensei entrenaron bajo su dirección durante un periodo de tiempo prolongado. Con la excepción de Yoichiro (Hoken) Inoue, un sobrino de Ueshiba, Gozo Shioda, el fundador del Yoshinkan Aikido, y Tsutomy Yukawa, los uchideshi de O-Sensei de antes de la guerra estudiaron un máximo de quizás 5 a 6 años. Esto era ciertamente suficiente para llegar a ser competentes en el arte, pero no bastante para dominar el amplio repertorio técnico del aiki-budo con sus numerosas sutilezas. La mayoría de esos jóvenes vigorosos que se enrolaron como uchideshi se vieron obligados a hacer su servicio militar. Además, sólo un puñado de esos primeros deshi reanudaron su práctica después de la guerra.
Lo mismo puede decirse del periodo posterior a la guerra. Los iniciados de ese periodo incluyen a personajes tan conocidos como Sadateru Arikawa, Hiroshi Tada, Seigo Yamaguchi, Shoji Nishio, Nobuyoshi Tamura, Yasuo Kobayashi y posteriormente Yoshimitsu Yamada, Mitsunari Kanai, Kazuo Chiba, Seiichi Sugano, Mitsugi Saotome y varios más. Shigenobu Okumura, Koichi Tohei y Kisaburo Osawa forman un grupo bastante único en que practicaron solamente de forma breve antes de la guerra pero consiguieron un grado de maestro después de la Segunda Guerra Mundial. Ninguno de esos maestros permaneció por periodos largos estudiando directamente bajo la supervisión de O-Sensei. Esto puede parecer una afirmación escandalosa pero inspeccionemos los hechos históricos.
Antes de la guerra, Morihei Ueshiba utilizó como base el Dojo Kobukan en Tokyo pero estuvo también muy activo en el área de Kansai. En realidad, en una época llegó a tener una casa en Osaka. A lo largo del tiempo ha llegado a ser evidente para mí, al escuchar los testimonios de los veteranos, que el fundador se movía mucho y pasaba quizás de una a dos semanas cada mes fuera del Dojo de Kobukan. También, recuerde que los primeros uchideshi fueron reclutados como profesores debido a la popularidad creciente del arte y a las múltiples actividades de la Budo Senyokai promovida por el Omoto (Sociedad para la Promoción de las Artes Marciales) y dirigida por Ueshiba. Estos pioneros estudiaron durante periodos relativamente cortos, estuvieron en contacto con el fundador únicamente de forma limitada debido a sus frecuentes ausencias del dojo y ellos mismos se marchaban a menudo del dojo central para ejercer su magisterio.
Durante la guerra y en los años siguientes, O-Sensei se quedó en Iwama. Finalmente, a partir de principios de los años 50 reanudó sus viajes con visitas ocasionales a Tokyo y a la región de Kansai. Al final de los años 50 la frecuencia de sus viajes aumentó y parece que nadie sabía nunca dónde estaría en un momento dado. Dividía su tiempo entre Iwama, Tokyo y sus lugares favoritos en Kansai incluido Osaka, Kameoka, Ayabe, su Tanabe natal y Shingu. Llegó a visitar Kanshu Sunadomari en el lejano Kyushu. Recuerdo escuchar a Michi Hikitsuchi Sensei afirmar que O-Sensei visitó Shingu más de sesenta veces tras la guerra. Si consideramos que esto se refiere a un periodo de unos doce a quince años, vemos que el fundador permanecía en Kansai una media de cuatro a seis veces al año.
El lector astuto se dará cuenta seguramente de a donde quiero llegar. O-Sensei no enseñó en Tokyo de forma habitual después de la guerra. Y cuando aparecía en el tatami, a menudo pasaba gran parte de la hora hablando de temas esotéricos totalmente fuera de la comprensión de los estudiantes presentes. Los maestros principales en el Hombu Dojo en los años posteriores a la guerra eran Koichi Tohei Sensei y el actual Doshu Kisshomaru Ueshiba. Les ayudaban Okumura, Osawa, Arikawa, Tada, Tamura y la generación siguiente de uchideshi mencionada anteriormente.
Quiero dejar muy clara mi opinión. Lo que quiero decir es que Morihei Ueshiba NO era la figura principal que enseñaba de forma diaria en el Hombu Dojo. O-Sensei aparecía por allí a intervalos imprevisibles y a menudo sus enseñanzas se centraban en temas filosóficos. Tohei y Kisshomaru son los que más responsables son del contenido técnico y del desarrollo del aikido dentro del sistema Aikikai Hombu. Al igual que antes de la guerra, los uchideshi de los años posteriores enseñarían fuera del Hombu Dojo en clubes y universidades sólo tras un periodo relativamente corto de aprendizaje. También, este periodo se caracterizó por una “inflación de danes”, promoviendo a muchos de los jóvenes maestros a un ritmo de un dan al año. En algunos casos, también se “saltaron” rangos. ¡Pero ése es un tema para otro artículo!
¿Qué significa todo esto? Significa que la opinión general de que la propagación del aikido, ocurrida bajo la tutela directa del fundador, tras la guerra, es fundamentalmente errónea. Tohei y el Doshu actual se merecen la mayor parte del mérito y no el fundador. Además significa que O-Sensei Morihei Ueshiba no estuvo seriamente implicado en la instrucción o la administración del aikido en los años posteriores a la guerra. Ya llevaba mucho tiempo jubilado y muy centrado en su entrenamiento personal, desarrollo espiritual, viajes y actividades sociales. También debería notarse que a pesar de su imagen estereotipada de hombre viejo dulce y bueno, O-Sensei también poseía unos ojos penetrantes y un temperamento heroico. Su presencia no siempre era deseada en el Hombu Dojo debido a sus comentarios críticos y sus arrebatos frecuentes.
Esta es la verdad sobre el tema, tal y como han dado fe numerosos testigos de primera mano. En el pasado, he insinuado algunas de estas cosas, pero sólo me he sentido bastante seguro recientemente para expresar mi opinión como resultado de la evidencia de peso recogida de numerosas fuentes cercanas al fundador. No puedo afirmar que estos comentarios ayudarán necesariamente a los practicantes en su entrenamiento o los acercará a sus objetivos, pero espero sinceramente que, al esclarecer la verdad sobre un tema importante, las personas dedicadas al aikido tendrán un conocimiento profundo en el que basar sus opiniones. También espero que la figura clave de Koichi Tohei, que en los últimos años ha estado relegada a un papel periférico o totalmente ignorado, recibirá el mérito que se le debe.
O'sensei y y M. Saito
Morihiro Saito
Alumnos de O'sensei con 5 o 6 años de Parctica antes de la guerra:
Gozo Shioda
Tsutomy Yukawa
practicaron solamente de forma breve antes de la guerra pero consiguieron un grado de maestro después de la Segunda Guerra Mundial
Shigenobu Okumura
Koichi Tohei
Kisaburo Osawa
Posterior a la Guerra, Los iniciados de ese periodo incluyen a personajes tan conocidos como:
Sadateru Arikawa
Hiroshi Tada
Seigo Yamaguchi
Shoji Nishio
Nobuyoshi Tamura
Yasuo Kobayashi
y posteriormente ...
Yoshimitsu Yamada
Mitsunari Kanai
Kazuo Chiba
Seiichi Sugano
Mitsugi Saotome
viernes, 6 de marzo de 2009
Tu vida es una obra de arte
Fragmento de ”Hacia la paz interior” de Thich Nhat Hanh, un libro que merece la pena leer.
jueves, 5 de marzo de 2009
miércoles, 4 de marzo de 2009
La espiritualidad garantiza la felicidad de los niños
La espiritualidad ayuda a que los niños sean más felices, señalan los resultados de un estudio realizado con más de 760 niños de colegios religiosos y públicos. La razón: la espiritualidad, considerada como un sistema interno de creencias, produce el sentimiento de vivir con un sentido, estimula la esperanza, refuerza las normas sociales positivas, y proporciona una red social de apoyo, todos ellos elementos que mejoran el bienestar personal. Estos resultados hacen pensar en la necesidad de estrategias destinadas a proporcionar a los niños una educación espiritual, a inculcarles actitudes hacia los demás como la amabilidad o el altruismo. Porque, en definitiva, la gente feliz es más tolerante, creativa y productiva, según los científicos. Por Yaiza Martínez.
La espiritualidad determina el grado de felicidad de los niños, señala un estudio realizado por los científicos Mark Holder, Ben Coleman y Judi Wallace, de la Universidad de Columbia, en Canadá, y cuyos resultados han aparecido publicados en la revista especializada Journal of Happiness Studies.
Los mismos resultados apuntaron, sin embargo, a que las prácticas religiosas (como ir a la iglesia, rezar o meditar) no influyen en el nivel de felicidad infantil. Una explicación posible para esta ausencia de relación podría ser que los padres, y no los niños, son los que determinan la frecuencia de estos hábitos, explican los investigadores.
La espiritualidad podría describirse como el hecho de tener un sistema interior de creencias, mientras que la religiosidad es una actividad más organizada y externa, que puede estar basada en una iglesia, un libro, unas prácticas o rituales, etc.
Aspectos personal y comunitario
La investigación fue llevada a cabo en cuatro colegios públicos y dos privados (religiosos), con un total de 761 niños. A todos ellos se les sometió a seis cuestionarios distintos con los que se midieron los niveles de felicidad, espiritualidad y religiosidad de los pequeños, así como su temperamento natural.
Los padres de los niños también participaron en las encuestas, informando sobre el grado de felicidad y el tipo de temperamento de sus hijos.
Aunque ya se habían realizado investigaciones acerca de la relación entre felicidad y espiritualidad y religiosidad en adultos y adolescentes, esta misma relación no había sido nunca bien estudiada en niños.
Según explican los científicos en su artículo original, los participantes seleccionados para las pruebas tenían entre ocho y 12 años, porque es en estas edades cuando los niños son capaces ya de identificar y emplear sus emociones.
El análisis de los datos de los cuestionarios reveló que los niños que afirmaban ser más espirituales eran más felices.
En concreto, el aspecto personal (por ejemplo, el valorar la propia vida o sentir que ésta tiene sentido) y el aspecto comunitario (la calidad y profundidad de las relaciones interpersonales) de la espiritualidad de los niños fueron potentes pronosticadores de la felicidad de éstos.
Altruismo y amabilidad
La espiritualidad explicó de hecho el 27% de las diferencias en los niveles de felicidad de los niños.
Por otro lado, el temperamento de los pequeños también fue un importante pronosticador de su felicidad. En particular, los niños más felices resultaron ser los más sociables y los menos tímidos.
Pero, incluso sin tener en consideración el temperamento a la hora de medir el grado de felicidad de los participantes, la relación entre espiritualidad y felicidad siguió siendo importante.
Según los autores, la investigación apunta a que el incremento del sentido personal podría ser un factor clave en la relación entre espiritualidad y felicidad en los niños.
Por eso, cualquier estrategia en esta dirección, como ayudarles a expresar amabilidad hacia otros, a ser altruistas o a practicar el voluntariado, les hará sentirse más felices.
El dinero no da la felicidad
Estos resultados coinciden con los de estudios similares realizados a adultos y adolescentes. Diversas investigaciones han demostrado que existe una relación positiva similar entre la espiritualidad o la religiosidad y la satisfacción vital, la felicidad o el bienestar.
Según explica Holder en un artículo publicado anteriormente por la Universidad de Columbia, factores como el dinero contribuyen poco a la felicidad de los niños.
De hecho, señala el investigador, el dinero sólo explicaría el 1% de los sentimientos de felicidad de los pequeños, tanto si éstos estudian en colegios públicos como si lo hacen en colegios privados.
Es la espiritualidad, en cambio, la que produce el sentimiento de vivir con un sentido, estimula la esperanza, refuerza las normas sociales positivas, y proporciona una red social de apoyo, todos ellos elementos que mejoran el bienestar personal.
Aún quedan muchas cuestiones por explorar a este respecto, como la de cómo potenciar la felicidad de los niños aplicando esta nueva comprensión de lo que contribuye a que sean felices, pero los investigadores esperan que algún día haya actividades escolares que vayan en esta dirección. En definitiva, la gente feliz es más tolerante, creativa y productiva.
Fuente:Tendencias21.net
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